Hacia una materialidad posible
Los trabajos de investigación proyectual a través de las maquetas son, en muchos casos, mecanismos para reproducir, no tanto el edificio, sino su construcción. Lo que realmente vale es el acto de construirlas: la importancia reside en el proceso y en las distintas decisiones que deberán tomarse para poder materializarlas. (1)
Toda esta experiencia nos lleva a confrontar este espacio de ideas directamente con el hecho físico, internándonos en la búsqueda de una materialidad posible.
Esta visión es, a mi juicio, una de las características esenciales del taller de investigación proyectual que aquí presentamos; y es esta experiencia, vertiginosa, la que seduce a nuestros noveles constructores, quienes, de la noche a la mañana, deben decidir cómo construir, no sólo en términos tecnológicos o de solución constructiva, sino también teniendo en cuenta el replanteo de las obras, sus dimensiones, escala, programas, etc.; todos aquellos aspectos que parecían haber sido definidos por los autores reales de los edificios. (2)
Paralelamente a estas decisiones, que a priori involucran solamente al objeto, comienzan a interactuar otras que definen el territorio. Los edificios como huellas (foto a pág. , Opera de Helsinski) o redefiniendo el paisaje (foto a pág. , La Tourette), establecen un conjunto de operaciones que construyen el territorio.
El paisaje deviene en urbano cuando aumenta la densidad y los edificios conviven como sólidos incrustados (foto a, pág. , CC San Martín); los sistemas constructivos ganan el primer plano y, a modo de capas, manifiestan su complejidad. Ésto queda materializado en una serie de maquetas realizadas en cajas de acrílico que ofrecen múltiples lecturas.
Un momento especial de este capítulo lo constituye el estudio realizado durante cinco años consecutivos sobre el Centro Gubernamental de Chandigarh. La maqueta plantea la relación del territorio y el acceso a los edificios proyectados por Le Corbusier. Compuesta por 48 módulos de 0,80mts.x 0,80mts, cuatro edificios y distintos monumentos alegóricos fue íntegramente realizada en madera.
Hasta aquí, este método de investigación espacial propone la simulación como herramienta fundamental para el desarrollo de la nueva visión de los edificios y objetos.
Los nuevos espacios ya no se relacionan literalmente con la obra que dio origen a la investigación, ya que las reglas de esta simulación no coinciden necesariamente con las leyes o sistemas constructivos del hecho físico, independientemente de que el objeto estudiado sea una obra construida, un proyecto o una formulación teórica.
Esta simulación abarca aspectos tectónicos – de los proyectos y de los edificios – y la manipulación de todos los tipos arquitectónicos: la planta libre (foto c, pág. , Johnson); el detalle clave del edificio producido industrialmente (fotos b y c, pág. , Olivetti); la relación piel/estructura (foto d, pág. , Chrysler), etc.
A medida que aumenta la escala de la investigación, aumenta proporcionalmente la complejidad del trabajo. Esta atomización de la obra es acompañada por una creciente pérdida de la abstracción: las distintas partes del edificio, que al principio no tenían identidad propia – puesto que ésta era reemplazada por la identidad del material seleccionado para su construcción – van asumiendo su nueva forma y función, convirtiéndose este momento en el de mayor interés del proceso de investigación (foto c, pág. , Scarpa).
La abstracción fue el mayor desafío que asumió el taller, en términos de materialidad. Por un lado permitió que, a partir de obras construidas y rigurosamente documentadas, se generaran nuevas visiones, sintetizando la información, hasta encontrar los conceptos utilizados por los autores originales (foto f, pág. , Solados, Casa Shroeder). Por el otro, produjo la materialización espacial de proyectos que habían sido solamente enunciados a partir de croquis o dibujos, como fieles exponentes de períodos donde la arquitectura concentró su potencial en la exploración estética y los postulados utópicos: el Futurismo (foto , pág , Saint´ Elia) y el Constructivismo (fotos a y b, pág. , Constructivistas Rusos).
En el capítulo de la luz quedan claramente demostradas sus cualidades materiales de ésta para la construcción del espacio y para definir la escala del lugar. (foto a, pág. , Brioni).
Estas nuevas construcciones permiten el ensamble y la separación de sus partes, con un sentido formal propio e independiente del edificio completo (fotos a y c, pág. ). Cada parte se convierte en un objeto con autonomía formal (foto a, pág. , Firminy) y ésto permite generar un nuevo alfabeto compuesto por nuevos objetos (fotos c, d y e, pág. ), con distintos tamaños y escalas, que se combinarán a partir de nuevas leyes y permitirán nuevas lecturas (foto e, pág. , Carpenter).
La maqueta de la Casa sobre un arroyo – del arquitecto argentino Amancio Williams (foto de tapa) – constituye un paradigma en este sentido pues, mediante la materialización de la contraforma del cauce del arroyo, se produce simultáneamente la síntesis conceptual y constructiva.
Cuando hablamos de leyes constructivas, no nos referimos solamente a temas tecnológicos, sino a aquellos aspectos que definen conceptualmente a la arquitectura.
Hay detalles constructivos que definen o identifican conceptualmente una obra (foto a, pág. , Casa de Vidrio) y, del mismo modo, hay obras que conceptualmente son definidas o se identifican con la resolución de un detalle o decisión constructiva (foto a, pág. , Richards).
Esta ambigua relación también se manifiesta en la particular convivencia entre los objetos expuestos y el contenedor. Definido por la presencia de transformadores eléctricos y calderas, aún hoy en funcionamiento, y con una gran carga expresiva propone al visitante una experiencia sensorial única.
La idea de autor refleja la experiencia de haber dictado cursos de carácter temático, dedicados al estudio exclusivo de la obra de un arquitecto. Destacamos especialmente la labor de los Arquitectos Latinoamericanos, que tomaron los lineamientos del Movimiento Moderno y produjeron un pensamiento y un lenguaje propios: Amancio Williams, Oscar Niemeyer, Clorindo Testa y Mario Roberto Alvarez.
El capítulo que denominamos producción no hace más que destacar el rol fundamental que desempeñan nuestros estudiantes en el taller.
Tradicionalmente, en las escuelas de arquitectura el trabajo en maquetas tiene dos enfoques que difícilmente conviven: el primero es el de la maqueta como fin último, como objeto terminado: el proceso no tiene importancia, el único valor reside en la calidad del objeto final como materialización de una tesis.
El segundo enfoque otorga a la maqueta acabada un interés relativo y generalmente se hace especial hincapié en el acto de construirla: la importancia reside en el proceso, y se considera que, una vez terminada su construcción, la maqueta pierde todo su potencial.
El Museo de Maquetas da por tierra con estos argumentos, ya que no sólo muestra las obras investigadas otros años sino que, además, permite ver el proceso de construcción en todas sus etapas.
Esta colección de trabajos está deliberadamente catalogada y ordenada: su disposición en el todo forma parte de la elaboración final de los objetos – también decidida por los estudiantes – confiriendo al Museo de Maquetas características únicas e irrepetibles. Esta organización interna destaca un orden cronológico, permitiendo al alumno conocer cómo se han ido sucediendo los hechos en la Arquitectura Moderna – capítulo tiempo .
El trabajo sobre el espacio con maquetas permite encontrar todas estas facetas y desarrollar nuevas pautas y caminos de investigación, así como idear nuevas estrategias para proyectar, transformándose en una herramienta esencial para la etapa de proyecto.
En última instancia, este método permite aprender y enseñar, acercándonos al conocimiento a través de, simplemente, reunir el hacer y el pensar.
Roberto R. Busnelli
(1) «La Lección del matarife», Xavier Monteys. Catálogo de la exposición «Le Corbusier» organizada por el Departamento de Urbanismo, Vivienda y Medio Ambiente del Gobierno Vasco, Alasa 1988.
(2) Apuntes sobre taller de arquitectura experimental del Centro POIESIS dictado por el Arq. Peter Eisenmann, Buenos Aires 1992.