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Entendemos a este llamado a Concurso para el área de Manzana de las Luces y su entorno como una oportunidad de generar un espacio de debate abierto y desprejuiciado en relación a la intervención sobre edificios de valor patrimonial, entendida ésta como una forma de preservar las singularidades frente a la estandarización de la cultura y el empobrecimiento de las expresiones culturales, protegiendo y rescatando ámbitos de alto interés cultural y singularidad arquitectónica, como parte de una realidad más amplia, estableciendo vínculos con el pasado, pero a la vez como objetos patrimoniales activos y vivos. Todo ello desde la perspectiva de la praxis arquitectónica reciente, una arquitectura de “nuestro tiempo” que complete y permita continuar el relato histórico del desarrollo de nuestra ciudad.

El nuevo complejo toma las alturas y las líneas de las edificiaciones linderas para definir sus volumetrías. Un volumen contra la línea municipal y otro separado por un generoso patio, contra el fondo del lote. La fachada consolida el tejido y la línea municipal, respeta el ritmo que proponen los aventanamientos y las líneas horizontales que definen los órdenes clásicos de las fachadas laterales, sin embargo aumenta la relación de vacío sobre el lleno de la masa (por requerimiento de los programas contemporáneos del nuevo edificio) y cuelga sobre el solado. Esta operación pone en valor el suelo y su continuidad dentro del nuevo edificio, generándole a la propuesta un carácter absolutamente contemporáneo, la puesta en crísis del límite entre exterior e interior, una forma de conectar el exterior y el nuevo corazón del proyecto, el patio. A nivel peatonal la fachada se abre y, debajo del primer volumen, la planta baja libre de doble altura define el acceso principal; contra la vereda un sector semicubierto define el estacionamiento reservado para bicicletas y motos. Este espacio se cierra por la noche con un sistema de cortinas de enrollar automáticas, lo que permite máxima permeabilidad de día y total cierre nocturno. En ningún caso el nuevo proyecto “toca” las medianeras existentes, estas se convierten en “testigos arqueológicos” del paso del tiempo, los nuevos edificios se distancian aproximadamente un metro, convirtíendolas en las nuevas fachadas interiores del complejo. Un gesto que no sólo se ciñe a las premisas básicas de la restauración, preservación e interpretación, sino que le confieren unidad y carácter a la nueva propuesta.

En término de sustentabilidad esta propuesta prevee ciertas desiciones vinculadas al uso responsable de la energía. El estudio y máximo aprovechamiento de la iluminación natural, las ventilaciones pasivas y la terraza verde son los focos de estos desarrollos. Iluminación natural: Los edificios poseen fachadas orientadas al Oeste (frente) y Este (contrafrente). En la fachada principal la relación de llenos y vacíos es del 50%, esto garantiza la buena iluminación de estas áreas. En el patio interior los frentes son vidriados y en la fachada del volumen superior la grilla estructural protege la orientación oeste. El patio permite iluminar y ventilar naturalmente, funciona como un “buffer” por dodne se produce el intercambio de aire. La estructura y la profundidad de las plantas permite una distancia máxima de 7,80m logrando niveles de confort aceptables. En verano la doble fachada del frente y el patio permitirán enfriar el aire caliente y hacerlo circular por el edificio. En el interior se preveen rejas de ventilación en todos los divisores de oficinas con el objteivo de poder regular dicha circulación de aire. En el invierno estos circuitos estarán interrumpidos y solo saldrá el aire desde el interior.